BLOG PEDAGOGÍA COTIDIANA: "SOBREPROTECCIÓN “DESPROTEGEDORA”."
17 Enero, 2020
Queridas madres y padres, ¡despertemos!. Tomemos la iniciativa con este tema y caigamos en la cuenta de que si sobreprotegemos a nuestros hijos, les estaremos desprotegiendo totalmente y, encima, estaremos lanzando un boomerang que en su adolescencia regresará y nos dará en toda la frente en forma de negativismo desafiante y también nos hará daño a nosotros y a nuestra familia. No falla. Le pasa a mucha gente. También nos puede pasarnos a nosotros. ¡Despertemos!
Muchísimas madres y padres nos reconocen que sobreprotegen “un poco” a sus hijos. Pero no caemos en la cuenta de sus graves consecuencias: desarrollo de un concepto deficiente de sí mismo, retrasos en el aprendizaje de habilidades personales y sociales, inseguridad o miedo a la autonomía, carencia de iniciativa, baja autoestima o sentimiento de incapacidad, ansiedad desmesurada ante asuntos aparentemente triviales, miedos; timidez y comportamientos extraños, etc. La sobreprotección genera inmadurez en serie. Crea personas dependientes de sus padres. Especialmente de su madre. Fomenta la irresponsabilidad, el autoengaño y, en definitiva, provoca que los niños sean cada vez más caprichosos, más infantiles y; por supuesto, carezcan de voluntad. Tenemos que permitir que nuestros hijos hagan todo aquello que sean capaces de hacer por sí mismos. Es bueno que se equivoquen y nuestra actitud debe ser la de ayudarles a reflexionar sobre sus errores y aciertos para que aprendan y desarrollen las capacidades que todos debemos tener. Pero siempre por detrás de ellos. Ellos son el centro, y no nosotros. Deben ser capaces de pilotar su propia existencia. De lo contrario, con nuestra sobreprotección les estaremos “desprotegiendo”.
¿A que es un tema frecuente y que nos preocupa? Ánimo y déjanos tu comentario que nos enriquezca a todos.

Para no sobreproteger hace falta visión a largo plazo, pensar en la vuelta del «boomerang», y no todo el mundo la tiene, o hay quien prefiere hacer como el avestruz, «a lo mejor, con un poco de suerte, dentro de unos años estamos todos muertos»…
Buenas tardes, soy Marite y efectivamente veo como los padres y madres de los alumnos/as protegen cada vez más a sus hijos, esto en muchas ocasiones es bueno, es bueno que los padres sepan quiénes son sus amigos, qué es lo que hacen en su tiempo libre, con qué tipo de videojuegos juegan… pero por otra parte, sobreprotegiendo a sus hijos e hijas, hacen que estos cada vez tengan menos sentido de la autonomía, de la individualidad y sobretodo de la responsabilidad. Es real que la sociedad y el sistema no es siempre justo para todos, pero intentemos que sean ellos los principales protagonistas de su aprendizaje, equivocándose cuando tengan que hacerlo, tomando decisiones y siendo conscientes que las cosas no siempre se consiguen a la primera, que se necesita mucho esfuerzo y trabajo para alcanzar los objetivos que nos proponemos.
Desde mi punto de vista, y a mi edad (25), veo las consecuencias de esa sobreprotección, de la «comodidad» en la que viven muchos de los adultos de los que me rodeo. Siento mucha inquietud con respecto a este tema, en un futuro quiero mis hijos no sientan este peso a la hora de descubrir cómo funciona el mundo.
Buenas tardes, el principal daño que hace la sobreproteción es la falta de autonomía, una competencia principal dentro del sistema educativo actual y en la sociedad en la que vivimos. Es más la palabra dependencia que años atrás suponía barreras y obstáculos está siendo sustituida por logro y avance ya que la atención a la diversidad permite a cada persona desarrollar la AUTONOMÍA necesaria para su desarrollo madurativo. Por tanto pensemos si como padres y profesorado estamos participando en el desarrollo de esa competencia o no y de qué forma podemos hacerlo.
Felicitar por este pequeño fragmento que tanto hace reflexionar, en cuanto que es lo que vemos muchos de nosotros a nuestro alrededor constantemente.
Dejemos que vuele la imaginación de los pequeños y pequeñas, y no actuemos como barrera en numerosas ocasiones, ya que precisamente, este comportamiento perjudica más que beneficia. Tendríamos que fomentarles con nuestros actos la creatividad, que descubran sus propias emociones (no tapar muchas de ellas), habilidades/capacidades, y más que nada, la autonomía.
Una vez, en una conferencia a la que asistí, preguntaron a una señora del público: ¿Qué quieres para tu hijo/a? la señora contestó: que sea feliz. A esto le respondió: No nos equivoquemos, es importante pensar en «QUE TENGAN AUTONOMÍA, de esta forma encontrarán su felicidad».