
Con este título nombró Miguel Hernández en 1937 a uno de sus más destacados poemas. “Llamo a la Juventud” fue un reclamo para que la gente joven se diera cuenta de la dolorosa situación de una España en guerra y se comprometiera en su salvación. Queda bien reflejado en una de sus estrofas:
“…la juventud siempre empuja,
la juventud siempre vence
y la salvación de España
de su juventud depende…”.
Hoy, 83 años más tarde, tomo inspiración de uno de los grandes del siglo XX para encarar una noticia que me ha roto el alma: “El 85% de los nuevos contagios por Covid en Andalucía son menores de 30 años”. Parece increíble pero es cierto. Después de más de tres millones de contagios y más de cuarenta mil muertos reales en España; tres meses confinados sin salir de casa y de encontrarnos con una ruina sin precedentes que vaticina la próxima e inminente pandemia económica; después de todo el esfuerzo realizado a nivel mundial por controlar la pandemia y encontrar una vacuna que solucione en unos meses esta inaudita y dramática situación; una parte de nuestra juventud se comporta muy irresponsablemente.
Quiero matizar que no me refiero a toda la juventud. Hay muchísimos jóvenes responsables y conscientes que cuidan su salud y la de sus seres queridos. Pero me duele en el alma presenciar situaciones como la que he padecido este pasado fin de semana. Al salir de un supermercado, una pandilla de jóvenes que acababan de comprar el avituallamiento necesario para emborracharse esa noche, empezaron a toser premeditadamente (sin mascarilla aunque estaban lejos) varios al unísono a mi paso por la acera. Miré cariacontecido (iba frotándome las manos con el gel hidroalcohólico como mandan los protocolos) y encontré por respuesta un: “¡Desinféctate!”. Mi indignación fue tal que les increpé y móvil en mano les dije que iba a llamar a la policía para poner en conocimiento su irresponsabilidad. Era un poema ver a más de 12 jóvenes corriendo ante la amenaza de mi llamada y la posible multa que le impondría la local por su temeraria actitud. Pero de ello hicieron aventura, disfrute y hasta se jactaron de “su proeza” mientras huían corriendo tristemente a carcajadas.
Como Miguel Hernández, hago un llamamiento a la juventud. Estamos en una situación real “de guerra”. El enemigo, gracias a Dios, no son nuestros hermanos ni vecinos. El enemigo es “el bicho” que está destrozando España, a su economía y matando a miles de personas. En España y en toda la humanidad. En esta guerra estamos todos implicados y todos tenemos que estar a la altura. Todos tenemos que responder de nuestros actos ante la situación que se nos ha sobrevenido. Queridos jóvenes: vosotros sois la esperanza del mundo. Necesitamos toda vuestra energía para solucionar cuanto antes esta amenaza del Coronavirus. Sois vosotros los que tenéis que corregir a los adultos egoístas que no respetan el bien común. Sois vosotros los protagonistas del cambio. Tenéis que demostrar en estos críticos momentos que podéis mejorar la sociedad; que hoy podéis dejar de ser el 85% del problema para convertiros en el 100% de la solución.
Ánimo que confiamos en vosotros.
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